sábado, 5 de junio de 2010

Por ganas, amor y por Estudiantes

Por Diego Raimundo.

“¡Así, así, así gana el Madrid!” retumba en reiteradas veces en el Santiago Bernabeu cada vez que el Real supera con amplitud, fútbol y goles a su oponentes. Y que mejor ejemplo el que uno puede poner en práctica en estos momentos para dar un ejemplo de lo que fue la jornada clásico en el Country. “¡Así, Así, Así gana Estudiantes!”...
Esa autoridad, esa convicción, esa lealtad, esa guapeza y esas ganas por izar bien alto los colores de nuestro club no hicieron más que hacernos sentir a todos los que estuvimos en City Bell un orgullo y una felicidad muy grande. Es cierto que la alegría por ganar un clásico de primera es inconmensurable, pero como cada cosa tiene su lugar y su valor, esta victoria pincha sobre el rival de toda la vida tiene un precio muy importante.
A lo largo de los 13 años que pasaron entre el último derby del fútbol infantil hasta que Cristian Vallejos pitó el inicio del primer clásico del 5 de junio de 2010 se hablaron miles de cosas, mucha agua pasó por debajo del puente, pero los únicos que podían poner las cosas en su lugar eran los jugadores. Y fueron ellos quienes con la jornada ya culminada confirmaron que hoy Estudiantes están por delante de Gimnasia en muchos factores, más allá de lo que indican los resultados y lo que pueda acontecer en el futuro.
Ganas, amor y convencimiento de que para ganar hay que jugar con los pies y la cabeza fueron atributos indispensables que estuvieron junto a los equipos pinchas. Se sabe que los clásicos tienen ese condimento que otro partido no lo tiene y que cuando se desarrollaron los partidos “grandes” (1999, 1998 y 1997) dijeron presentes: la pierna fuerte, pero sin maldad. Esa manera de jugar hizo de la jornada, una tarde aún más emotiva, más colorida, más de pinchas y triperos.
Habitualmente hay hechos que siempre sobresalen del resto, pero los festejos esta vez se llevaron todas las miradas y los elogios. En reiteradas ocasiones expresamos a través de este blog que los chicos deben gritar por goles, pues bien este sábado sí lo que hicieron. Y sin ofender a nadie, las actitudes de Gobuleff (categoría 2001), al besarse la camiseta en sus dos goles, o la explosión contenida de Guerrero (categoría 1998) en el tercer grito del elenco de Senta junto a sus compañeros bien pegados al alambrado donde se encontraba a la parcialidad local; son de esas imágenes que emocionan y que difícilmente se olviden rápido.
Quien puede refutar el 10-2. Quien puede poner en tela de juicio la superioridad que mostró dentro del rectángulo de juego Estudiantes sobre su archirrival. Estudiantes jugó a lo Estudiantes y no como algún desubicado se atrevió a gritar “ya de chico le enseñan a ensuciar y a hacer tiempo…” Estudiantes esperó estos 15 años sin clásicos para plasmar su fútbol porque Estudiantes es así y como emulamos al comienzo de esta nota a los ultras (así se le dice a los fanáticos en España) del Real Madrid en el Santiago Bernabeu, hoy todos podemos expresar: “¡Así, así, así gana Estudiantes!”.
Gracias, simplemente gracias a todos los que hicieron de una tarde sabatina, una tarde feliz.

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