jueves, 27 de noviembre de 2008

Nota del Diario OLE que vale la pena leer...

Realmente muy bueno... justo a nosotros nos vienen a hablar de hazañas???
Remontensé solamente dos años atrás... voy a tomar la frase que me llegó mucho... "El que no crea que no venga"
Nos vemos a la vuelta de la revancha...

Estudiantes, todavía, podrá ganar o perder esta final que se va a Porto Alegre con resultado negativo. Podrá ser campeón o no de esta Copa. Podrá festejar su 10ª estrella o decir con orgullo que jugó una final más (hasta hoy, entre definiciones locales e internacionales, conoció la gloria en ocho y se quedó ahí en cuatro). Podrá ser una cosa o la otra, pero nada borrará lo que su gente vivió anoche. Y va más allá del juego en sí. Había que ver la cancha explotar de euforia, de banderas, de entusiasmo. Había que sentir la emoción, la adrenalina, ese cosquilleo único de cosa histórica. Había que verlos a ellos, los más chicos, disfrutar hoy y ahora de una final internacional que otros esperaron tanto tiempo y que sólo los más grandes pudieron revivir. ¿Tiene precio eso? ¿Cuánto vale ver abuelos, padres, jóvenes y niños compartir lo mismo, sentir lo mismo, gritar por lo mismo? Este equipo, su base campeona, la nueva era de otro Verón enorme, ya logró algo más que el Apertura 06 y jugar esta final copera. Logró que una generación de años difíciles recuperara su identidad y orgullo, unió y volcó masivamente a la cancha a familias enteras, permitió que los más chicos se vean verdaderamente hinchas de un grande, y hará que, en el futuro, muchos más pibes corran con la roja y blanca. Por todo, se dé o no la vuelta en Brasil, después de una actuación discreta, más allá de la bronca, fue una noche para ser hincha de Estudiantes

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