Es muy común, cualquiera fuese la categoría o divisional, que en el fútbol sólo se hable de los goles a favor, de la manera en cómo se convierte o de quien es el máximo artillero. Y pocas veces se valora de la misma manera a los arqueros o a la línea defensiva cuando estos logran plasmar en la cancha un objetivo común, que muy pocas veces lo protagonistas lo relucen en la previa a un encuentro. De que se trata, de mantener el cero en el arco propio.
Hoy el arquero por instinto propio y por todo lo que recoge a diario, ando enciende la televisión, busca completar una meta, como si se trata de un ejercicio de matemáticas. Más allá de si tiene espectaculares atajadas o resolvió todo con aplomo, su único cometido es que no le conviertan goles y para ello ataja.
Atado a lo que siente y vive el golero, los defensores también perciben esa misma adrenalina, idéntica a le tiene un delantero por convertir. El futbolista que integra la última línea trabaja en pos de impedir que el rival cumpla con su cometido.
Entonces repasando lo que sucedió el fin de semana en materia de resultados, que por cierto lo logrado amerita al elogio para los entrenadores y por supuesto para los chicos, el cero en el arco propio fue una misión cumplida. Fueron 17 encuentros entre LISFI, AFA y Liga Metropolitana los que disputaron los chicos de Estudiantes, sin contar lo referente a la Escuela y ni hablar de los juveniles en su choque contra Newell´s, y tan sólo recibieron tres goles. Esto habla a las claras que el trabajo da sus frutos, que aquellos responsables en entrenar a los arqueros cumplen con creces con sus funciones y además las actividades semanales, las tareas tácticas para la línea defensiva son positivas, más allá que siempre haya cosas por pulir.
No es habitual que las cosas salgan redondas, pero esta vez fue un fin de semana redondo. Siempre hablamos y valoramos a este o aquel jugador por la jugada que hizo o el gol que anotó, pero en este caso hay que ser justos y resaltar las tareas de todos los arqueros, desde el que defiende los tres palos de la 1993 hasta el de la 2001, y también de los defensores porque ellos hicieron su partido y demostraron que para cada uno lo importante, además de que ganen sus equipos, también pasa por mantener el cero en su arco. Por esto y por muchas otras cosas -que en algún momento también narraremos-, los arqueros de Estudiantes entre sábado y domingo fueron a caso más importante que el resto de sus compañeros. Porque el cero en su propio arco es tan importante como marcar tres goles en un mismo partido…
Hoy el arquero por instinto propio y por todo lo que recoge a diario, ando enciende la televisión, busca completar una meta, como si se trata de un ejercicio de matemáticas. Más allá de si tiene espectaculares atajadas o resolvió todo con aplomo, su único cometido es que no le conviertan goles y para ello ataja.
Atado a lo que siente y vive el golero, los defensores también perciben esa misma adrenalina, idéntica a le tiene un delantero por convertir. El futbolista que integra la última línea trabaja en pos de impedir que el rival cumpla con su cometido.
Entonces repasando lo que sucedió el fin de semana en materia de resultados, que por cierto lo logrado amerita al elogio para los entrenadores y por supuesto para los chicos, el cero en el arco propio fue una misión cumplida. Fueron 17 encuentros entre LISFI, AFA y Liga Metropolitana los que disputaron los chicos de Estudiantes, sin contar lo referente a la Escuela y ni hablar de los juveniles en su choque contra Newell´s, y tan sólo recibieron tres goles. Esto habla a las claras que el trabajo da sus frutos, que aquellos responsables en entrenar a los arqueros cumplen con creces con sus funciones y además las actividades semanales, las tareas tácticas para la línea defensiva son positivas, más allá que siempre haya cosas por pulir.
No es habitual que las cosas salgan redondas, pero esta vez fue un fin de semana redondo. Siempre hablamos y valoramos a este o aquel jugador por la jugada que hizo o el gol que anotó, pero en este caso hay que ser justos y resaltar las tareas de todos los arqueros, desde el que defiende los tres palos de la 1993 hasta el de la 2001, y también de los defensores porque ellos hicieron su partido y demostraron que para cada uno lo importante, además de que ganen sus equipos, también pasa por mantener el cero en su arco. Por esto y por muchas otras cosas -que en algún momento también narraremos-, los arqueros de Estudiantes entre sábado y domingo fueron a caso más importante que el resto de sus compañeros. Porque el cero en su propio arco es tan importante como marcar tres goles en un mismo partido…
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