domingo, 22 de agosto de 2010

Más que un periodista, se fue un amigo

Por Diego Raimundo.

Hoy el mundillo periodístico de la ciudad y todo lo que engloba al futbol infantil y juvenil de la región llora la pérdida irreparable de Alejandro Díaz. Su fallecimiento deja un vacío que será muy difícil de llenar, aunque estamos seguros que sus amigos y compañeros del programa de radio no bajarán los brazos para continuar por ese camino que Ale había comenzado hace tiempo.

Por esas cosas del destino y por culpa de una enfermedad muy maligna, Alejandro nos dijo adiós el sábado por la tarde. Y sí, como era un verdadero amante del fútbol infantil y juvenil su despedida fue en uno de los días que él más amaba porque los sábados se desarrollan las jornadas de todas las ligas infantiles platenses como los encuentros de inferiores.

El, junto con un grupo de chicos muy entusiastas, iniciaron una manera de vivir del fútbol como periodistas. Si bien el fútbol profesional lo es todo y detrás de ello se mueve el pueblo argentino, Alejandro optó por mirar hacia abajo, hacia las juveniles, hacia donde los clubes comienzan con ese trabajo de formación.

No fueron pocos lo que le señalaron con el dedo y decirle “estás loco” no te van a escuchar, no te van a dar bolilla. Pero él insistió porque estaba convencido que en inferiores hay mucha gente seguidora y apasionada.

Así comenzó a dar los primeros pasos, con coberturas especiales, con seguimientos de jugadores que eran convocados a los seleccionados juveniles o sumados a los planteles superiores de Estudiantes y Gimnasia.

Su amor por la profesión lo llevó también a dar otro paso, pero siempre bajo la misma óptica: el fútbol infantil. En cada jornada sabatina y dominical, su grupo de periodistas comenzó a hacerse conocido y eso llevó a que todos los jugadores, cualquiera fuese su edad, se sientan reconocidos.
Fotos, videos, notas, opiniones, críticas, análisis, etc. Todo lo que un periodista puede hacer Ale lo hizo porque estaba convencido que ese sector del fútbol se lo merecía.

Hoy ese chico plagado de ilusiones que recorría el Country o el Bosquecito informando todo lo que envolvía al fútbol amateur nos dejó siendo muy joven y con un gran futuro. Esas cosas de la vida que no tienen explicación fueron las que nos dejaron sin un periodista, mejor dicho sin un amigo. Chau Alejandro, hasta siempre…

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