Por Diego Raimundo
El fútbol como juego que es tiene algo que lo hace particular. Cualquiese fuese el nivel en el que se está jugando, los protagonistas disfrutan de lo que hacen y en consecuencia se sienten complacidos dentro y fuera del rectángulo de juego. Entonces es obvio que los jugadores están a gusto cuando salen a representar a Estudiantes, pero más lo están en el momento que gozan de lo que despliegan en el campo. Por esto es que la jornada especialmente preparada por todo el áreas de coordinación del fútbol infanto juvenil albirroja el pasado sábado contó con un aditamento especial, donde se pudieron apreciar varios aspectos importantes que hacen a la vida cotidiana de los equipos y a las “grandes” promesas que hay en el semillero.
No es habitual que se juegue de manera oficial una jornada entre equipos del mismo club. Estudiantes lo hizo y no como pasatiempo sino para “disfrutar de lo propio” y mostrarle al público el material que existe en la cantera. De poco importa que los encuentros fuesen entre los elencos competitivos y las escuelas o los resultados en sí, sino que uno apreció el entendimiento de pertenencia y colectivo en la cancha que los jugadores asimilaron a lo largo de la temporada. Los partidos que se jugaron en cancha de 11, desde la 95 hasta la 98, como en cancha de 7 (hasta que la lluvia dijo basta) fueron un perfecto “tubo de ensayos”. Cada entrenador, algunos de los cuales estuvieron a cargo de las formaciones de escuela, buscó poner toda la pimienta para que los amistosos fuesen amistosos pero “serios”.
Esto no fue lo único que se aprecio, sino que los propios pibes entendieron el mensaje y saltaron a la cancha con mucha responsabilidad y sabiendo que desde afuera había varios técnicos observándolos para lo que se les viene en el 2009.
Claro está que los resultados siempre llevan a un análisis y tras el cual queda marcado cierta superioridad entre un equipo y otro, pero esta vez si bien las diferencias estuvieron a la órden del día, jamás los perdedores se sintieron inferiores y mucho menos los jugadores que cambiaron de equipo, es más los que rotaron en los elencos lo tomaron con la misma seriedad con la que salen a jugar un partido oficial.
Muchas veces nos alegramos con resultados, con actuaciones colectivas o individuales o nos enorgullece que Estudiantes cumpla campañas admirables en los diferentes torneos que afrontar pero una jornada como la del sábado, desde cualquier punto que se la mira, sirve para disfrutar lo propio, para darse cuenta del material humano y futbolístico que hay en cada uno de los equipos y que por chicos que hoy están en Escuelita sienten como propio el club y que ese sentido de pertenencia que alguna vez hicimos mención en esta página también es parte de ellos porque “ellos” son parte de esta familia del fútbol infanto juvenil.
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