Podríamos definir la tolerancia como la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Es la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida, siempre que no atenten contra los derechos fundamentales de la persona...
La tolerancia si es entendida como respeto y consideración hacia la diferencia, como una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta a la propia, o como una actitud de aceptación del legítimo pluralismo, es a todas luces una virtud de enorme importancia.
Que queremos decir con esto, que todos los que de una u otra manera estamos afuera de los rectángulo de juego debemos ser tolerantes con lo que sucede en la cancha, ya sea por el accionar del arbitro o por las decisiones que toma un entrenador a la hora de armar un equipo. Es cierto que todos queremos ver a nuestros allegados jugando pero hay veces que las decisiones tienen un justificativo y esto no implica que los jugadores no son tenidos en cuenta sino por el contrario, los DT aguardan el momento justo para hacerlos jugar.
Muchas veces los técnicos, como tal, cometen fallas, pero esa intolerancia en los que muchos quedan envueltos por sus rabietas deben ubicarse en un costado porque los únicos perjudicados son los jugadores.
Pero es tiempo de hablar de la tolerancia que hay que tener cuando los asistentes observan el desarrollo de un partido. Espectadores implica ser concurrentes o meros observadores de lo que está ocurriendo en un campo de juego y ello no les da derecho a tratar mal a los árbitros o burlarse de lo que estos hacen en la cancha por más que en el fútbol no hay dos personas que opinen en la misma manera.
Ojo en Estudiantes se aprendió a comportarse, pero el domingo en el Country se vivieron algunas situaciones que no pueden volver a suceder y muchos menos que haya una reacción más allá de la falta de educación de los visitantes.
La tolerancia de todos los que formamos parte del fútbol infanto juvenil de Estudiantes debe ser trasladada a los protagonistas para que estos comprendan que esa intolerancia que pueden tener a la hora de salir a jugar se debe convertir en paciencia y al mismo modo en la catapulta que los conviertan en verdaderos “guerreros” dentro del campo de juego.
La tolerancia si es entendida como respeto y consideración hacia la diferencia, como una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta a la propia, o como una actitud de aceptación del legítimo pluralismo, es a todas luces una virtud de enorme importancia.
Que queremos decir con esto, que todos los que de una u otra manera estamos afuera de los rectángulo de juego debemos ser tolerantes con lo que sucede en la cancha, ya sea por el accionar del arbitro o por las decisiones que toma un entrenador a la hora de armar un equipo. Es cierto que todos queremos ver a nuestros allegados jugando pero hay veces que las decisiones tienen un justificativo y esto no implica que los jugadores no son tenidos en cuenta sino por el contrario, los DT aguardan el momento justo para hacerlos jugar.
Muchas veces los técnicos, como tal, cometen fallas, pero esa intolerancia en los que muchos quedan envueltos por sus rabietas deben ubicarse en un costado porque los únicos perjudicados son los jugadores.
Pero es tiempo de hablar de la tolerancia que hay que tener cuando los asistentes observan el desarrollo de un partido. Espectadores implica ser concurrentes o meros observadores de lo que está ocurriendo en un campo de juego y ello no les da derecho a tratar mal a los árbitros o burlarse de lo que estos hacen en la cancha por más que en el fútbol no hay dos personas que opinen en la misma manera.
Ojo en Estudiantes se aprendió a comportarse, pero el domingo en el Country se vivieron algunas situaciones que no pueden volver a suceder y muchos menos que haya una reacción más allá de la falta de educación de los visitantes.
La tolerancia de todos los que formamos parte del fútbol infanto juvenil de Estudiantes debe ser trasladada a los protagonistas para que estos comprendan que esa intolerancia que pueden tener a la hora de salir a jugar se debe convertir en paciencia y al mismo modo en la catapulta que los conviertan en verdaderos “guerreros” dentro del campo de juego.
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