Por Diego Raimundo.
Luego de los clásicos de LISFI, en donde Estudiantes apabulló a Gimnasia en el global y por qué no decirlo en cada partido, cabía la siguiente pregunta ¿se podrá repetir una jornada similar? Claro, lo más próximo para comparar nuevamente potencialidades entre ambos clubes eran los partidos de la zona campeonato de AFA, exclusivo para los chicos nacidos en los años 1997, 1998 y 1999. Y si bien las malas condiciones climáticas provocaron algunas alteraciones en la programación de los cotejos, bastó que el equipo de Juan Figueroa gane para que la señal esté enviada.
Se habló mucho luego de aquellos clasiquitos. Se dijo que “ellos” habían optado por preservar algunos jugadores de las divisiones más grandes para los partidos que debían jugar al día siguiente en cancha de 11. Mucho se dijo, se especuló, pero…De este lado, los que amamos los resultados (sin dejar de lado la enseñanza), nos quedamos con los triunfos.
La mesa estaba servida, cada uno con la servilleta al cuelo como vulgarmente se expresa. Y fue Estudiantes, (quien otro sino), quien dio el primer bocado y la primera señal. La 97 en un partido que no se tendría que haber jugado por las malas condiciones climáticas y de la cancha, sacó pecho ante la adversidad y dijo “aquí estoy yo”. Ganó 1-0 con un tremendo gol del Nuno Gómez. Es cierto que ese clásico quedó ya en el tiempo si nos remitimos a lo que aconteció este domingo.
La historia ya tenía un capítulo escrito. Quedaban dos por resolverse y otra vez como ya había sucedido en el Country, los pibes pinchas inflaron el pecho y salieron a jugar el clásico sin importar todo lo que se había dicho desde el otro lado de la orilla y por sobre todas las cosas conscientes de que si “los de afuera eran de palo”, las chances de salir con la frente bien alta estaba al alcance de la mano. ¿Y qué sucedió? Estudiantes fue más que Gimnasia. La 98 ganó 2-0 con mucha soltura y categoría, mientras que la 99 se debió conformar con empatar sin abrir el marcador, sabiendo que hizo méritos suficientes para ganar.
Fueron 2 triunfos y 1 empate en casa ajena, con el público en contra y con muchas palabras por el aire que no vienen al caso recordarlas, pero que sirvieron simplemente para agigantar a tres equipos que, una vez más, dejaron muy bien parado al club.
Ya no quedan dudas, por lo menos hasta que vuelvan a verse las caras Estudiantes y Gimnasia. Como dicen los amantes de las carreras de caballos, los pingos se ven el campo y el Pincha lo dejó bien claro. Ahora sólo resta esperar un nuevo choque para que las comparaciones vuelvan a estar sobre la mesa. Por ahora mandan los resultados…
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